La nobleza de la madera invita a soñar, a imaginarse formas, figuras, relieves, llega a ser imprescindible y necesario el contacto continuo una vez que se aprende a trabajarla, detrás de cada caricia de la gubia sobre las vetas, se descubre una nueva silueta y un nuevo aroma que esperan ser parte de la obra misma.
PLUMA EN ENCINA DEL SIGLO XVIII
Madera de encina del siglo XVIII en rodio con plumin de fabricacion alemana de 22 k y punta de iridio
Finamente pulida y barnizada
Satisfacion garantizada
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